Microsoft ha suspendido las actualizaciones para los usuarios de Windows 7 y 8.1. Esta medida será aplicable para equipos que utilicen procesadores Intel Kaby Lake (séptima generación). Así como para los nuevos procesadores de AMD Ryzen. Anteriormente la empresa de Redmond había mencionado que no lanzaría nuevos controladores de hardware reciente para las versiones anteriores de Windows. Ahora los usuarios de Windows 7 y 8.1 verán que no pueden obtener actualizaciones.
Esta decisión se ha tomado siguiendo el bienestar de Microsoft. Tengamos en cuenta que Windows 7 fue presentado en 2007 y Windows 8.1 fue lanzado en 2013. Ninguno de los dos sistemas operativos fue pensado para trabajar con los nuevos procesadores. Actualmente Microsoft está enfocando en mejorar Windows 10. Los chicos de Toms Hardware hicieron pruebas sobre Windows 7 y 8.1 y obtuvieron algunos problemas con HD Graphics 630.
Esta noticia pareciera no tener una repercusión mayor. Pero la verdad es que un 47% de los usuarios de Windows se mantienen en las versiones anteriores a Windows 10. Así pues si estás pensado en migrar a estos nuevos procesadores y aun no usas el nuevo sistema operativo (SO) de Microsoft, deberías cambiar de prioridades o añadirlo al carrito de compras. Tengo que señalar que el soporte para Windows 7 terminó en enero de 2015. Aun así la mayoría de usuarios no han migrado al nuevo SO.