Resulta sumamente gratificante ver a las nuevas generaciones utilizar de forma natural las herramientas de inteligencia artificial (IA), parecen peces en el agua. ChatGPT y Gemini son algunas de las más utilizadas por estudiantes y coders. Pero no todo es como lo pintan, el tener una respuesta a cada pregunta generada no significa que tenemos la verdad.
Así es, aún para utilizar las herramientas de IA, debemos tener un criterio establecido para aprovechar la información recibida. Pero sobre todo tenemos que ser realistas y reconocer que ni los bots inteligentes lo saben todo y mucho menos te lo van a admitir.
Al realizar búsquedas o solicitar apoyo a estas herramientas jamás veremos un “No sé” como respuesta. Siempre tendremos la información más cercana a lo que el motor de la IA consideró que podría sernos útil pero no por eso significará que este en lo correcto del todo o parcialmente.
Así pues el tener una base común sobre lo que “platiquemos” con la IA nos permitirá establecer si la respuesta que nos da es útil o no, o mucho más importante, si es verdad o no. Así pues un programador de software que pida ayuda a ChatGPT deberá ser capaz de entender el código o explicaciones compartidas y saber interpretar y sobre todo aplicarlas a su código, criterio señores, ¡criterio!
Son herramientas que nos ayudan a diversificar las soluciones que ofrecemos en nuestro trabajo o escuela, pero jamás van a desplazar el conocimiento base que necesitamos para cumplir con las labores del día a día. Una bendición para muchos, pero un arma de doble filo si no sabemos manejarlos de forma correcta.