El día de hoy venía contemplando el albor del día, obviamente el vivir en una ciudad pequeña tiene sus grandes ventajas. Me disponía a comenzar mis labores cuando de pronto vino a mi un tweet demasiado interesante como para dejarlo ir. Se trataba de un artículo en donde se mencionaba una anécdota del millonario Elon Musk. El tema de la nota hacía alusión al resultado de un aumento pedido Musk por parte de su asistente. 

Mary Beth Brown, ese es el nombre de quien fuera asistente por más de 12 años del magnate más influyente en esta nueva era. El relato menciona que Mary al solicitar un considerable aumento por el tiempo que llevaba asistiendo a Elon dio pie que su jefe la pusiera a prueba. Al parecer y según historias paralelas, es una costumbre del dueño de SpaceX poner a prueba sus teorías. En este caso le pidió a Mary que se ausentara por dos semanas, para que él pudiera asumir las cosas que ella desempeñaba. De este modo él podría saber que tan imprescindible era para la compañía.

El resultado fue que cuando la señorita Brown volvió, Elon le dijo claramente que no era necesaria. Por ende no estaba desempeñando bien su papel de asistente, así que la despidió. Aunque él menciona que le ofreció otro puesto dentro de la empresa, ella ya nunca volvió a la empresa.

Muchas reacciones se pudieran suscitar al rededor de la anécdota, pero se tiene que ser muy imparcial para opinar. Por un lado muchos pensarán que siendo uno de los más grandes genio y millonarios, qué pudiera costarle darle el aumento a una empleada fiel. Pero si lo vemos del lado “business”, está pudiera ser una gran lección. Porque el hecho de tener muchos años en un lugar no significa que estés haciendo tu trabajo bien. Aunque si lo estuvieras haciendo bien, pudiera pasar que no te estás ofreciendo ese “plus” que te asegure tu estancia. En fin, la historia es esta, pero sería interesante conocer su opinión al respecto.

Vía | Business Insider